sábado, febrero 03, 2007

KRISNAMURTI Y LA RELIGIÓN


Lo que llamamos religión es ritual, dogma, ritual, deseo de encontrar a Dios, aceptación de la autoridad y gran cantidad de supersticiones.

Pero es ¿eso la religión? Un hombre que realmente intenta descubrir lo verdadero debe abandonar todo eso, descartar la autoridad del gurú, de las Upanishads y la autoridad de sus propias experiencias, a fin de que, depurada de toda autoridad, su mente sea capaz de descubrir. Eso implica que debe dejar de ser hindú, un cristiano, un budista; debe ver todo lo absurdo que es eso y romper con ello.

Tal como un hombre es adicto a la bebido ustedes son adictos a sus creencias.

La verdadera religión es experiencia viva y eso no tiene nada que ver con las creencias. Que creemos en Dios o no creemos de acuerdo a nuestro condicionamiento. Ustedes creen en Dios y el comunista no cree en Dios. ¿Cuál es la diferencia? No hay diferencia alguna, porque, ustedes los educaron para creer y ellos para no creer. En consecuencia un hombre que investiga en serio debe rechazar completamente este proceso, rechazarlo porque comprende su pleno significado.

Hay poca diferencia entre el creyente y el no creyente; ambos están condicionados por sus propios entornos, ambos generan separación en el mundo, a causa de sus ideas, de sus creencias. Por lo tanto, ni el creyente ni el no creyente pueden experimentar la realidad.


Por favor, vean esto, vean la belleza de la mente que experimente de manera directa y que, por lo tanto, actúa sin estar condicionado a la recompensa y al castigo.

Un hombre religioso es un hombre realmente revolucionario. La mente libre de ideas es sensible, puede ver directamente lo que es y, en consecuencia es capaz de actuar. Solo una acción así ez revolucionaria.


viernes, febrero 02, 2007

KRISHNAMURTI Y EL ARTE DE ESCUCHAR

Nos hallamos tan distraídos por nuestras propias opiniones y nuestros conocimientos, por la aprobación o desaprobación, que jamás vemos el problema tal como es. Oímos lo que queremos oír y excluimos todo cuanto nos perturba.

Todo cuanto queremos es una vida cómoda, sin demasiada reflexión; por eso, cuando escuchamos, en realidad no escuchamos nada.

Cuando uno dice: “Comprendo intelectualmente, pero no puedo ponerlo en práctica”, eso implica, en realidad, que uno no comprende.