Los Hospitales y los Hombres

Si me preguntaran quien es más viejo en el mundo, si los hombres o los hospitales, con seguridad que no me equivocaría: los hospitales.

Pero lo que si no es difícil de saber, es que los hospitales coexisten con los hombres, y los alivian, y los curan, y los resanan, para que vuelvan al mundo a medrar, hasta que se acaban los hombres, y los hospitales ahí, enhiestos, tratando de sobrevivir y hacer supervivir a las nuevas generaciones.

La historia del hombre se limita a algunos millones de libros esparcidos malamente en todo el planeta, en tanto que la historia de un hospital no es universal, sino local, aquí, en este sitio, puntual, con de dedicación de madre, donde el hombre lo necesita ya, y lo usa, y punto.

El hombre al terminar su estancia en la tierra, no podrá el ultimo de ellos tomar su maleta, y llave en mano cerrar la puerta, hacia lo desconocido, hacia la nada, porque la especie no se acaba por una puerta, ni su exterminio estará representado en el ultimo espécimen que se morirá al sol de la tarde; el hombre terminará su existencia sin darse cuenta, porque su utilidad dejó de ser aprovechada por algo.

El hospital por el contrario solo se cerrará el día en que su ultimo gestor y representante, ya desfallecido, y desolado en la inhospitalidad, enfermo, cierre la ultima puerta del hospital, y morral en mano se dirija a paso vacilante, enfermo, al hospital más cercano.

Los hospitales nuestros se están muriendo, con los enfermos adentro, y no hemos podido inventarnos hospitales de hospitales.

Los enfermos hacen colas. Los hospitales hacen colas. Sí sacamos a todos los enfermos de los hospitales, y en su lugar los hospedamos en los halles y pasillos de las entidades estatales, alcanzaran los enfermos ?

No dejemos morir hospitales como el Ramón Gonzalez Valencia de Bucaramanga, revitalicemos sus finanzas, su infraestructura, su dotación, su farmacopea, y su atención al cliente, en forma tal que enfermarse sea una opción de vida y no una opción de muerte.

Si desde todos los lugares del país, unidos como se recomienda en los emails que altisonantemente cruzan el ciberespacio preguntando por todas partes que dónde está el país, y reunidos en una necesidad común como es la salud, entonces entre todos podremos salvar al país de la hospitalización de los hospitales.

Que no se cierren más puertas, porque las puertas son los ojos de la vida, y un hospital sin puertas es como un rostro sin ventanas.

Que todos tengamos una llave tan universal, que sea la que abra la de todos los hospitales, que nos permitan visitar los enfermos y saludar su restablecimiento.


Que los hospitales no sean nuestra inquietud diaria solamente porque la enfermedad nos dirigió allí, malamente,preocupemonos de ellos antes, para que ellos se preocupen por nosotros después.