miércoles, mayo 26, 2004

CALLEJEANDO




 La historia en Bogotá algún día dirá si la historia roja de transporte proyectada cumplió el propósito inspirado, o al contrario, fue una repetición de la historia del hombre: la saturación.

 Pasamos de las olas amarillas de antaño, a las olas rojas actuales, habiendo pasado igualmente por las olas verdes ya legendarias. Cuántos colores nos quedan ?

 Hoy vi tantos buses rojos por la avenida caracas, que me asustó su proyección al momento futuro próximo, cuando todas las troncales estén funcionando, y haya que legislar en contra de los buses rojos.

 Como no se debe esperar a que las cosas se pongan color de hormiga, propongo que le pongamos límite a la explosión demográfica, y evitemos que las hormigas nos invadan por estar dedicados a resolver los problemas de sobrepoblación.

 Nuestra gente no quiere aprender el beneficio de desplazarse siempre por la derecha, y prefiere hacerlo por donde mejor le plazca. Curiosamente cuando caminamos, cometemos las mismas infracciones que penalizamos en el transporte vehicular ya sea público o privado.

 Hay sitios, y días y especialmente horarios, en que se ven más perros que personas. He visto casos de una persona que tira de más de diez perros, y en esa jauría los perros parecen gozarse el espectáculo. ¿ serán algún día los perros mayoría, y nos impondrán la execrable tarea de tener que lavar sus suciedades porque el mundo agotó los parques y las zonas verdes ?

 Pero hay sitios cubiertos, y de los horarios ni hablar, donde se concentra tanta gente en apiñamientos por metro cuadrado tan monumentales, que uno quisiera que esas reuniones tuvieran un fin altruista, distinto a pedir a dios el perdón de los pecados y a oír cantinelas de oraciones que se repiten sin cansancio y ya ininteligibles.

 No he podido encontrar el primer conductor de transporte urbano que se interese por la carga transportada, y en cambio sí observa incansable cómo el cuenta pasajeros de su máquina registradora avanza.

 Se declaran los días de todo, pero nos quedamos esperando el día de nada, ¿ o será que el día de la nada es hoy ?

 Nos deben señores creadores de todo, el día del no gobernante, para ver si algún día nos sentimos libres.

 Y a propósito señor alcalde, si ya instauramos el día de NO HAMBRE, qué va a pasar con los otros días ? Porqué mejor no borramos el HAMBRE por decreto ?

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