lunes, mayo 17, 2004

Una fábula de Patria

Cuando en el otoño de sus regímenes y de sus vidas, Uribe, Marulanda y Bush finalmente acordaron reunirse para finiquitar la vida de la nación, en medio del fragor de los abrazos y del tintineo de las copas, la voz guerrera de Uribe supo expresar la solución inapelable que hacía años le golpeaba el pecho en su costado izquierdo, desde que el milenio se enseñoreó sobre la patria, y aún mas, a partir del momento en que la deuda pública empezó a tener carácter de impagable.

Sí, la nación no podía volver a pagar, ni siquiera podía volver a deber, porque hasta el último gramo de oro en polvo que reposó en las arcas del banco de la república, se había ductilizado y espolvoreado tanto que ya no era posible contabilizarlo.

Había que tomar decisiones de hombres, de auténticos estadistas, con la verrarquera del momento histórico, porque desde aquel minuto la vida de la nación ya no volvería a pender del hilo de marroquín y sus secuaces que fueron inferiores a su historia y a la patria, no, ahora los uribes y los marulandas vendrían a llenar la historia de la patria, así no más, con la decisión impostergable de la patria.

Y la voz de Uribe sonó por todas las calles de la patria, resonó por todos los municipios y departamentos, y siguió sonando por entre las cordilleras y los ríos amazonas y magdalenas, e incluso se explayó aún mas allá de los confines de la patria, y ya en la patagonia su esténtor era un aullido audible, pero se entendió claramente, y la oímos todos:

- Dr. Bush, le vendo la patria. …Se la vendo, Dr. Bush, porque hay cosas en la vida que no se deben hacer como los abortos prohibidos, pero salvar la patria no me arredra… Se la vendo, y acabemos de una vez por todas con esta deuda infinita que cada vez se recibe menos pero cada vez se debe más, como en la magia de los cometas que parece que nunca pararán. No se diga más, es una solución hablada con marulanda, y hasta él está cansado con esa carga de monte y armas y droga y proselitismo teórico.
- Jo, jo, jo….. Me impresiona su capacidad histriónica Dr. Uribe, acaso cree que haya alguna nación que quiera negociar su deuda externa regalándose a la potencia acreedora? ….Siguiendo el hilo de su pensamiento, y en los términos expresados por usted, si la vende ya le calculó algún precio, ya lo consultó, ya hizo caja con cada una de las personas involucradas ?
- Los cuarenta millones de compatriotas son suficientemente aplomados como para aceptar que luego de dos reelecciones, pueda yo disponer de la patria como si fuera mi heredad patrimonial, y ellos siempre saben que las determinaciones que yo tome siempre serán en bien de la patria y en provecho de cada uno de mis compatriotas. …….Se la vendo Dr. Bush, y es una decisión tomada, y es quizá la decisión más razonada que he tomado en el curso de mi agitada agenda vida política…. Se la vendo, y decidase cuanto antes, porque más de uno quisiera entrar en la licitación personal. …..Ok, o le da miedo, Dr Sin miedo?

Uribe y Marulanda se miraron cómplicemente, con esa mirada que solo se ve en las zonas de despeje de la nación, y expectantes esperaron la siguiente movida en el ajedrez cerebral del Dr. Bush.

- Y ha pensado Dr. Uribe que va a pasar con toda la gente de su país ? Por que no estará pensando en endosármela ?
- Ya pensamos en eso y en todo lo demás, Dr. Bush, proponga no más…
- Y qué quiere Dr. Uribe: tiempo, productos, dólares, euros o más deuda…
- Sólo recibiríamos euros o dólares, pero todo lo demás se lo regalamos.
- Bien Dr. Uribe. Supongamos que acordamos un precio. De ése precio me pagas las deudas y los intereses y los intereses de los intereses, y así sucesivamente. Cuándo me desocupan ?
- Pues nada mas que como en mi tierra, y en su tierra: cash y Money, o sea plata en mano y lo demás en tierra.

Uribe y Marulanda se miraron cómplicemente, con esa mirada que solo se ve en las zonas de despeje de la nación, y expectantes y mancomunados esperaron la siguiente movida en el ajedrez cerebral del Dr. Bush.

- OK Dr. Uribe, usted resultó mejor negociante que el Dr. Cándido, pero desgranemos el pensamiento. ¿ Cuánto vale su terruño ?
- OK Dr. Bush, ahora si habló usted como banquero. Bien, que le parece si a cada hijo de la patria le damos una suma de dinero, y a su entrega lo ponemos de patitas en un vuelo comercial que lo lleva al exterior ?
- Jo, jo, jo,,,, me hace reír nerviosamente Dr. Uribe, su osadía para salvar la patria es muy superior a la esgrimida por Hércules en sus doce trabajos, y nunca se me hubiera ocurrido tamaña ocurrencia… Je.., y cuanto es la suma que “ustedes” consideran necesaria para desalojar la patria como usted ampulosamente la llama ?

Uribe y Marulanda se miraron cómplicemente, con esa mirada que solo se ve en las zonas de despeje de la nación, y expectantes y mancomunados le espetaron la cifra, que iría a desnivelar la siguiente movida en el ajedrez cerebral del Dr. Bush.

- Son quinientos mil dólares por colombiano,…… lo cual incluye desde recién nacidos a la hora de la firma del Pacto y culminación del pacto, hasta enfermos terminales, locos, cuerdos, guerrilleros, policías, generales, maestros, sindicalistas, gays, drogadictos, estudiantes, campesinos, desplazados, políticos, etc…. Todo lo que se mueva en los confines de la patria, Dr. Bush…. Hechas las cuentas, da la miserable suma de 200 billones de dolares, y ustedes se hacen a un solar amplio, rodeado de una biodiversidad que solamente ustedes entienden…. OK ?

El acuerdo llegó finalmente, y en la patria, un día se vieron desfilar en todos los aeropuertos de la patria, a miles, no qué digo, a millones de colombianos que finalmente habían aprendido que es mejor la vida de turista sin hambre a la de patriota sin cinco y ad portas de la miseria. …. Bien lo habían entendido, Uribe y Marulanda, cuando se miraron por primera vez cómplicemente.

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